Pensándolo bien, me gusta mucho ser así.
Admiro la capacidad de mi cerebro para cambiar de estado de ánimo.
LOCA
y que pregunten.. pero, en el buen sentido no? NO, EN LOS DOS, EN EL MALO TAMBIEN.
Necesito ese desequilibrio , necesito pender de un hilo. Al borde de la lágrima , a un paso de la carcajada.
Supongo que es difícil que me sienta del todo bien mientras me dedique a flotar por mi vida como si no fuera mía, mientras me dedique a dejar que las decisiones se tomen solas. Sin embargo, me gusta, no quiero dejar de ser así.
Ingenuidad, inocencia , picardía y un punto de rencor hacia el mundo mezclados a fuego muy alto, casi hiervo, casi me dejo llevar al 100% por un desenfreno incontrolable, pero siempre casi.
Me gusta estar casi loca, casi feliz, casi deprimida, casi normal, casi entendible, sin llegar a darlo todo por la parte inversa de mi vida, me gusta ser casi arriesgada y casi segura de lo que hago.
En ese casi está la chispa, el casi fuego que día a día me levanta de la cama.
Un vaso de agua fría por encima no podría apagarme , nada sería capaz de apagar mi casi vida, porque al fin y al cabo, vivir así no es vida, pero es mío. Solo yo se continuar , solo yo se estar desequilibradamente feliz en las horas pares del día. Solo se me da bien a mi reírme de mis problemas, que no de mis errores, respeto a mi errores, admito que me gusta cometerlos. Lo peor hecho es lo que más sabe.
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