Cada problema, preocupación y duda nos van arañando creando poco a poco una brecha, a veces nos curamos instantáneamente pero sin embargo, otras, la herida tarda en cerrarse e incluso no llega a cicatrizar si no reparamos en ella.
Hablo de los recuerdos que nos persiguen para que terminemos por solucionarlos, por repasarlos, por arrepentirnos y pedir perdón o por exigir un trato mas digno.
Todos hemos estado rotos alguna vez, y el proceso de solucionar , de volver a sentirnos bien, no se trata de un proceso individual, porque aunque no queramos, todo lo que nos rodea influye; empezando por nuestro circulo de amigos y familiares mas cercanos, a veces nos empujan con unos brazos invisibles que no nos permiten caer.
A veces es el peso que llevamos a nuestras espaldas el que nos va presionando hasta hacernos caer, pero cuando carecemos de ese peso, es mas fácil caer en picado y sin frenos. Las experiencias vividas, cada brecha, nos van formando mas como personas, y ayudando a definir quienes somos y que queremos conseguir. Y la manera en la que solucionamos nuestros problemas es parte de esa experiencia de vida, por lo tanto;
romperse y repararse es ir aprendiendo a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario