¿Equivocarme hasta perder la cordura? Por supuesto.
Prefiero pedir perdón que permiso. Aquí, y ahora , vamos a equivocarnos hasta límites humillantes. No quiero más disculpas, no soportaría oír nada nuevo. Las mentiras piadosas nunca me gustaron tanto.
Ven a jugar. Acabarás perdiendo y perdido. Quien advierte, siempre traiciona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario