“ Todos los días al cerrar los ojos apareces en mi mente como la luz de una estrella, a veces lejos pero sin perder ese brillo.
Creo que me gusta discutir contigo, solo tú eres capaz de ponerme nervioso a estas horas de la mañana. No me importa, en el fondo, porque se que sería incapaz de cambiar ni uno solo de los malos días contigo por un buen día con cualquiera.
Tus cambios de humor sumados con mi orgullo me dejan fuera de combate. Claro está que toda tú me dejas fuera de combate.
A veces me da miedo todo esto, dicen que para todo hay una primera vez, pero contigo cada conversación me hace sentir virgen en la teoría de entenderte. Eso me atrae, aunque creo que no, que me da miedo. Me atrae. Como tú. Y como esa sonrisa en la que dices esconder muchos secretos, y yo, como un idiota esperando a que me dejes leer al fin tu diario, sin saber que está repleto de páginas que solo hablan de mi “
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