domingo, febrero 19, 2012
night storms
Las gotas de sudor caían por su rostro mientras sollozaba, aún incrédula, lo inapropiado que le resultaba la situación para una noche tan bonita. Vi desvanecerse hasta la última estrella mientras , dándole la mano, le susurré al oído que todo iba a salir bien. De pronto la vi alejarse, moviendo esas caderas moldeadas en el acero más perfecto que jamás he tocado. La vi irse, desvanecerse tras un cristal aún húmedo de la lluvia del día anterior. Deseé que todo fuera una pesadilla.Un sueño mal avenido. Sentía ese nudo en el estómago que no me dejaba terminar de respirar y , mientras cada bocanada de aire se tornaba más espesa, la necesité. Huí de mi mundo para buscarla desde las alturas. Corrí campo a través sin miedo a resbalar, y al fin fui capaz de visualizarla. Blanca y pura, sentada a los pies de un roble. Leyendo la misma novela que el día en el que la conocí. Así la besé y despedí de mi alma a los atroces tormentos de la noche. Las almas en pena que vagabundeaban alrededor del ser más etéreo y puro que jamás enfocaron mis retinas. La persona más maravillosa a la que dio color mi imaginación, alas mis sueños y amor mi corazón.
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