Todos nos equivocamos, por lo menos una vez.
El amor es ciego, y mientras más tiempo pasa más difícil se hace abrir los ojos.
Los párpados son más pesados, y la claridad del exterior podría dejarte ciego totalmente.
Todos nos equivocamos, por lo menos una vez.
Pocas son las veces que escuchamos, comprendemos, analizamos y procesamos lo que estamos haciendo en la realidad. Actuamos, tras ello viene todo el proceso que debía venir previo a la decisión.
Dicen que nunca es demasiado tarde, dicen que mejor tarde que nunca.
Así que yo ya tuve mi tarde, mi nunca, mi error , mi ceguera.
Ahora necesito la luz del exterior, el blanco del cielo. El miedo a estar sola, el pánico a estarlo siempre. La libertad de elegir.
La libertad tiene un precio, esperar a una persona que sepa apreciarla tanto como tu.
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