domingo, enero 19, 2014

"Arriverdeci bella", 6312

Con solo un beso conseguías que cambiara la estación del año, una noche me llevaste hasta la India mientras me abrazabas tumbados en tu cama.
Cuando sonreías y después me besabas me estabas regalando todas las estrellas que veíamos desde tu azotea.
Las horas pasaban como si fueran minutos, llegaba la tarde y tenía que despedirme de ti, ver como esperabas en la esquina para hacerme un corazón con las manos o para simplemente mandarme un beso. 
Fui muy feliz pero no supe verlo. Dicen que para saber cuando estamos felices también tenemos que estar tristes. Nunca conocerás a nadie tan imbécil como para ignorar cuando es feliz y cuando no, en eso solo yo tengo un master. Supongo que me daba tanto miedo perder esa sensación que me acabé convenciendo a mi misma de que el resto tenía razón, de que yo estaba loca, de que nosotros lo estábamos.
La distancia y el tiempo me han enseñado solo una cosa, que te quiero ahora más de lo que nunca te llegué a querer. Antes te quería porque me hacías feliz y ahora quiero hacerte feliz yo a ti.
Estoy segura de que coincidiremos en mis sueños, de que viviremos en Capri, tendremos una casa blanca con vistas al mar. Tendremos lo que no podemos tener. 
Una paloma y un pez se entienden muy mal entre ellos, el pez odia la superficie y a la paloma le encanta el aire y la brisa del mar. El pez sin oxígeno muere, pero la paloma también. Cada uno lo obtiene de una forma distinta pero ambos lo necesitan. 
En un rincón de mi mente mantendré viva la esperanza de que las palomas aprendan a bucear o los peces a volar.  Mantendré el sueño de que un día el pez vuelva a mirar a la paloma con los mismos ojos, que la perdone de corazón por haber intentado imitar a su bandada. Hay palomas que no tienen alas y peces que salen a la superficie. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario