Es un procedimiento placentero, pero no por ello menos repetitivo. Los besos en el cuello que dejan tras de sí pequeños suspiros y sonrisas se convierten en caricias estratégicas.
No hay pasión, hay estudio, repetición. Como presentarse a un examen sabiendo que como poco está aprobado. El placer sin morbo no sabe igual, le falta un aliciente, un detonador.
Solía ser más divertido antes de darme cuenta de que no era realmente lo que buscaba.
¿He adoptado una posición sumisa a un perfil que me interesa cumplir? ¿O realmente hago esto porque me apetece?.
Deseo creer que en el momento mi parte instintiva veta la racionalidad y mide las ganas en besos y no en razones.
Antes solo perseguía el abrazo consentido que procede tras el deleite físico. Pero esta vez ha sido diferente, no lo anhelaba, no lo necesitaba y dudo que tan si quiera me gustase. Por una vez no he sentido nada mientras me abrazabas desnuda y me besabas la frente con tu especial toque paternal. No lucho contra la fuerza de atracción que tiene tu piel, pero se desvaneció por completo el control de tu mente sobre mis latidos. Para ti, soy un animal rabioso de dolor por las espinas que tiene clavadas en su piel. Solo busco un cobijo temporal, limpiarme con tu sudor todas mis lágrimas. La comprensión expresada sin palabras, los gemidos se traducen en compasión y cuidado mutuo.
Lo que el sexo unió que no lo separe Dios.
Durante mucho tiempo pensé que sería imposible que me adaptara a un complemento sectorial en mi vida. Al fin y al cabo soy una persona de totales. Lo estaba enfocando erróneamente. Diversificar la fuente para conseguir el mismo resultado. Complicidad y compañía no tienen que venir siempre juntas. A veces la complicidad esporádica permite compañías duraderas. En cualquier caso, el resultado es positivo. Ni yo contigo, ni tú sin mi. O al revés. Ahora la balanza se ha equilibrado en el centro de la cama. Donde ambos necesitamos nuestro espacio, pero circunstancialmente se levanta la muralla para dejar entrar esos "mimos especiales". Y, es que, a fin de cuentas, de eso se trata. Es otra forma de expresar amor. No por ello menos real, ni más tangible.
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