Esto es como todo, primero probamos el helado de chocolate, y nos encanta , creemos que no hay nada más maravilloso en este mundo que el sabor dulce y a la misma vez amargo del chocolate. Con el transcurso del tiempo, probamos el helado de vainilla, y parece que el de chocolate pasa a una segunda plana, se convierte en el presidente del banquillo del pasado; creemos que el helado de vainilla nos envuelve y dirige , que jamás probaremos un sabor mejor. A pesar de toda esa seguridad acabamos por probar el helado de cookies sin saber que estamos mezclando lo mejor de los dos anteriores. Es entonces cuando entendemos que solo estábamos siguiendo un camino hacia nosotros mismos. Nunca nos encantó el helado de chocolate, solo nos dirigía hacia el que realmente nos ha gustado siempre aunque nunca lo habíamos probado.
“Para una amiga que cree haber perdido la esperanza , pero que no sabe cuantas heladerías hay en el mundo, ni cuantos sabores le faltan aún por probar “
No hay comentarios:
Publicar un comentario