La sal para las heridas como tus sonrisas para mis ganas de besarte. Se me hace hasta gracioso esta tonta persecución sabiendo que desde que puedas cogerás la primera rotonda dirección ninguna parte y te marcharás de mi vida, como te saqué yo de la carretera en la que estabas antes.
El freno de manos se queda corto para parar esta estúpida velocidad que me lleva a perder la razón. Inconscientemente buscamos un motivo, una dirección , un propósito quizá.. No hay nada. Solo imaginación y tiempo, demasiado tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario